Paramakaruna

Sri Chaitanya Saraswat Math

Discurso informal por Śrīpād Purujit Prabhu en el día jueves 24 de junio de 2020 celebrando el Festival del 18vo Aniversario de la Instalación de Sus Señorías

Śrī Śrī Parama Karuṇā Nitāi Gaurachandra Giri Govardhan

Historia del Templo de Parama Karuna, Caracas, Venezuela

Purujit Prabhu: Hoy es un día muy importante porque hoy es el día del baño del Señor Jagannāth. Es conocido como Snān-Yātrā. Cuando queríamos hacer algo por nosotros mismos, me acuerdo que le dije a Śrīla Govinda Mahārāj que queríamos comprar una casa para hacer un templo en Caracas. Y Śrīla Govinda Mahārāj me dijo, "Si lo haces debe ser un refugio para todos". Y bajo esa instrucción, Śrīla Govinda Mahārāj dio sus bendiciones. Nosotros teníamos un pequeño templo que se llamaba el Centro Hamsa. A mí siempre me ha gustado ese nombre, Hamsa; significa cisne. Pensábamos que éramos unos cisnes y no nos dimos cuenta de que éramos unos zamuros. Estábamos confundidos. Pero teníamos deseos de compartir con los devotos.

Eran épocas difíciles para los devotos de Caracas, para los devotos de Venezuela en general. Śrīla Govinda Mahārāj, cuando estuvo aquí, dijo que nosotros estuvimos escondidos, gupta, durante 10 años. La última vez que vino fue en el 1994 y volvió en el 2004. En esa época, él dijo que nosotros estábamos gupta, estábamos ocultos. Y había muchas diferencias. Como en toda familia, siempre hay algunas rivalidades entre hermanos, hermano mayor, hermano menor, los hermanos que quieren ser mayores pero son menores, los hermanos que son mayores que quieren ser menores. Era una mescolanza de ideas entre los devotos y estábamos un poco separados. A mí se me ocurrió tener un lugar donde pudiéramos hablar de la Conciencia de Krishna pero yo tenía temor de hablar de Krishna. Entonces, me puse a hablar de los astros y me autonombré astrólogo. Y empezamos a hacer clases de astrología y vinieron algunas personas y empezamos a hablar de Śrīla Govinda Mahārāj. Después, vinieron algunos devotos y se dio la oportunidad.

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Llamamos a Janardan Mahārāj para que nos viniera a dar una clase de Conciencia de Krishna. Él siempre ha sido amigo de los devotos de aquí. Lo llamamos y yo le dije, "Mahārāj, ¿por qué no viene y nos da una clase y nos apoya?" Y cuadramos con él. No teníamos dónde recibirlo. Gaurachandra era, en ese entonces, un simpatizante; era seguidor de ISKCON, pero no estaba iniciado. Después yo lo vi, nos conocimos y yo le dije, "Oye, prabhu, no tenemos un lugar donde se pueda quedar el swāmī". Yo vivía cerquita de aquí y tenía como ocho perros en un apartamento. Entonces, era muy difícil tener un swāmī, perros, prasādam. No era lo más oportuno. Una vez, se quedó y nos dijo, "¿Cómo pueden vivir con tantos perros en el apartamento?" Porque era un apartamento muy pequeño. Entonces, él vino y hablamos, conversamos. Éramos discípulos de Śrīla Prabhupād él y yo y hablamos. Entonces, me dijo, "¿Y qué piensas hacer? ¿Van a quedarse aquí en este centro?" Y yo le dije, "No, queremos tener un centro de prédica". Entonces, me dijo, "Está bien. Voy a quedarme". Se quedó como tres días, cuatro días, algo así, y se fue. Y empezamos a buscar casas para los devotos de la astrología.

Después, vinieron otros devotos. Entonces, ya no eran solamente de astrología; también era la oportunidad para conversar con otros devotos. Hacíamos prasādam los sábados. Hacíamos prasādam muy rico. Comíamos muchos helados y a la gente que iba les gustaba. Al lado del centro que teníamos, había una señora que hacía cursos de cocina. Entonces, también la involucramos un poco en el centro. Nos prestaba la cocina para cocinar. Se dieron los primeros pasos. Había otros pasatiempos, pero tenemos poco tiempo. Llamamos a Śrīla Govinda Mahārāj y le dijimos nuestros planes, "Queremos hacer un centro". En el año 1992, Śrīla Govinda Mahārāj había dado esa profecía de que, en Venezuela, iba a haber un templo muy famoso, iba a ser conocido por todos e iba a tener mucha gloria. Lo dijo en una clase. Eso está grabado en el año 1992, la primera vez que el vino. Nosotros, estábamos en un templo ya cuando él vino a visitarnos y nosotros pensábamos que era ese. No se nos ocurrió que habría otro. Pensábamos que era ese y dijimos, "¡Jay, jay, jay!". Pero, a través del tiempo, pasó lo que pasó y entonces tuvimos nosotros la oportunidad de servir. Como estábamos ahí, era la oportunidad y la tomamos. Śrīla Govinda Mahārāj después me dijo, "El templo iba a ser fundado por alguien pero, en este momento, te tocó a ti". Él explicó también lo de la Batalla de Kurukṣetra, que cuando Krishna estaba en la Batalla de Kurukṣetra, él le dijo a Arjuna, "Tienes que luchar porque todos estos que están aquí ya están aniquilados. Solamente debes hacer el servicio". Entonces, me dijo, "El templo ya estaba predestinado". Simplemente nosotros fuimos el instrumento para que el templo se diera.

Entonces, empezamos a buscar casas con Gaurachandra. Vimos casas por aquí arriba donde está el Club Táchira-- No, donde están los chinos que venden comida. Buscamos por ahí. Buscamos por donde están los carros blindados, ahí al frente. Vimos esa casa donde está la mata de mango. También la vimos. Y nosotros dijimos, "Esta casa de mangos, buenísimo para los devotos". Y no nos gustó la casa de mangos. Seguimos buscando, buscando y buscando. Vimos unas 12 casas más o menos. En ese entonces, vino Śrīla Janardan Mahārāj. Nosotros le dijimos, "Ah, qué bueno que vino porque ya para mañana tenemos una cita". Era viernes, jueves o viernes, y una señora de por aquí, creo que se llamaba Josefina, nos dijo que esta casa estaba vacía. Se veía desde el apartamento de Gaurachandra. Entonces, yo le dije, "Oye, esa casa me gusta porque tiene una mata de mango", esa mata de mango que está ahí, y eso es auspicioso, tener una mata de mango para los festivales y eso. "Ah, bueno, vamos a verla". La señora nos la va a mostrar mañana. Entonces, Janardan Mahārāj me dice, "Bueno, pero vayan ustedes vestidos seglares. No vayan vestidos de devotos para que la señora no se asuste", porque, claro, un sannyāsī de anaranjado-- Era muy fuerte.

Pero después él dijo, "No, hombre, vamos a ir todos porque, de todas maneras, no le vamos a pagar con chapitas. Vamos todos". Entonces, vinimos aquí, pero antes de venir aquí, yo le dije a Krishna días anteriores que-- Al principio, empezamos a buscar casas. Decimos una cosa y después no podemos hacer otra. Yo dije, "Oye, ¿de verdad hay que comprar una casa? Es mucho rollo comprar una casa". Me eché para atrás. Dije, "No, ¿me voy a meter en ese rollo de casa? No, no, no". Entonces, le dije a Krishna, "Si me pones el Ávila al frente--" Le puse ciertas condiciones para que Krishna me consiguiera la casa porque, si no me conseguía la casa que yo quería, no le iba a comprar la casa. Yo le hice mi checklist, como cinco puntos. "Tiene que tener esto. Tiene que tener lo otro". Todo era para no hacer el servicio, como uno es. Uno comienza a hacer algo, después se arrepiente y dice, "No, no, mejor no me meto en ese rollo. Que lo haga otro". Pero Krishna me ganó por anticipado. Vimos muchas casas. Entonces, yo empezaba a ver y ponerle cosas a Krishna, hasta que llegamos aquí. Cuando yo entré, yo dije, "Krishna me ganó. Esta es la casa". Cuando entré, estaba llena de jardines. Estaba muy bien, como una casa para el templo. Dije, "Oye, Krishna me ganó". Entonces, vine y vino Janardan Mahārāj. Subimos. Yo vi el techo y dije, "Nada, Krishna me has ganado. Este es el techo bonito". Todo estaba bien. Había una pared ahí y no había estas ventanas. Estas ventanas las hicimos. Pero había una ventana y se veía el Ávila. Y cuando subimos, había una tremenda ventana y se veía el Ávila perfecto. Y dije, "Bueno, bonito y barato. No puedo decir que no. Ya estoy metido en este rollo. No puedo decir que no". Entonces, yo le decía al hijo del dueño, "La veo muy bien". Me dijo, "Bueno, se meten los ladrones", porque había ese árbol que está ahí lleno de pepitas. Había ramas que venían aquí adentro. Entonces, los muchachos se montaban en el árbol y se metían. Entonces, dije, "Ah, ¿ves? No es una casa perfecta. Imagínate, ¿los devotos cómo duermen? No, eso no puede ser. Se van a meter constantemente los ladrones". Entonces, él me dijo, "No, pero se puede cortar la rama que viene para el templo y así no tienen ningún problema. Y le ponen reja eléctrica y esas cosas". Yo buscándole defectos a la casa y no se los encontraba.

Entonces, llamamos a Śrīla Govinda Mahārāj inmediatamente. Ya nos gustó la casa y hablamos con él. Le dijimos, "Oh, tenemos ya una casa lista para el templo". Se puso sumamente contento porque teníamos 10 años que no teníamos nada. Entonces, cuando recibió esa noticia, él se puso extremadamente contento. Y nos dijo, "No gasten mucho. No, no. No gasten mucho, solamente lo necesario". Nosotros dijimos, "Sí, sí". Si quisiéramos gastar mucho, no podíamos; no teníamos mucho. Entonces, él se puso extremadamente feliz de que podía haber un templo aquí. Y comenzamos a hacer la negociación, como yo venía con ese rollo astrológico, yo decía, "Tengo que hacerlo antes de tal fecha porque, si lo hago después de tal fecha, el templo va a sufrir unas consecuencias y no sé qué y no sé cuánto", rollos de uno. Entonces, por fin, sí se dio todo. Se hizo la transacción, se obtuvo la casa y vinieron los primeros habitantes de la casa: una brahmachārīni solita, Nanda Priya, la primera brahmachārīni. No teníamos luz en la casa pero estábamos tan desesperados de meternos en la casa que nos vinimos sin luz para la casa. Nos pusieron la luz al otro día pero estábamos desesperados. Los devotos tuvieron que dormir en colchonetas en el piso. No había nada, nada. Se quedaron como cuatro devotos y el templo se hizo. Le enviamos fotos a Govinda Mahārāj. Bueno, no lo podía ni creer que se había dado la casa en esas condiciones.

Después vino todo el proceso de preguntar cómo sería, dónde estaban las deidades. De hecho, hubo el paro petrolero. ¿Se acuerdan? Todo ese rollo. Entonces, ninguna oficina funcionaba. La casa no estaba como está ahorita. Aquí había una pared; entonces, tumbamos la pared. Entonces, los vecinos se enrollaron, que estábamos tumbando la casa. Hicimos lo que es el altar de las deidades. Eso no existía. Eso era un balcón. El altar de las deidades era un balcón. Entonces, llamamos una devota que es ingeniera. No me acuerdo cómo se llama ella. Vive en Maracay. Es una ingeniera civil. Vino y me dijo, "Tienes que comprar cabilla de tal para que soporte el peso". Me hizo los cálculos. Como estábamos en paro petrolero, no todo estaba abierto. Entonces, íbamos a Catia a comprar cabillas y todo eso. Como todo el mundo estaba en paro, no se podía hacer inspección porque las alcaldías estaban cerradas. Entonces, nosotros aprovechamos e hicimos todas las cosas, increíble. El día que terminamos en la rayita, estaban pintando un baño que hicimos ahí también-- Donde está el cuarto de Gurudeva, al lado, eso no existía. Creamos ese baño y lo hicimos de tal manera que no se viera que había un baño. Hicimos todo pegadito con el mismo color. Y terminamos de pintar. Al otro día, vino la inspección de la alcaldía y dijeron, "Bueno, ¿ustedes estaban construyendo aquí?" "No, nosotros no estábamos construyendo aquí". "¿Ustedes hicieron--?" "No, aquí, como tú ves, así la compramos. Lo que hicimos fue tumbar una pared". "¿Cuál pared tumbaron? Ah, está bien. No hay problema. ¿Seguro que no construyeron?" "No, no construimos nada". Construimos toda esa parte de ahí para las deidades, lo que es el altar propiamente.

Después de que nosotros hicimos todo eso, le preguntamos a Śrīla Govinda Mahārāj que qué deidades iban a venir. Él dijo que solamente iba a mandar al Señor Chaitanya. Entonces, yo le dije, "No--" Imagínate yo diciéndole a Śrīla Govinda Mahārāj, "No". "No, yo quiero Radha y Krishna". Él me dijo, "No, no, no. Eso es una adoración muy avanzada, la de Radha y Krishna". Y como él sabía cómo éramos los venezolanos, que éramos muy efusivos, muy entregados pero muy inestables-- Un día, somos entregados devotos aquí y otro día estábamos por ahí-- Entonces, él no quería ponernos en una situación donde pudiéramos ofender a las deidades. Entonces, él dijo, "No, si tienes a Mahāprabhu solito, Él acepta todo". Y yo por dentro, como siempre, pensando en mi mente, "No. ¿Cómo vamos a tener a Mahāprabhu? Si no es Radha y Krishna, no pongo deidades". Imagínate tú. Al final, terminé aceptando, "Sí, está bien, Mahāprabhu, solamente Mahāprabhu". Y cuando fueron a buscar a las deidades, resulta ser que Mahāprabhu estaba detrás y delante estaba Parama Karuṇā.

Él fue con Gaurachandra. Gaurachandra compró las deidades. Y él se quedó viendo a las deidades así como que, "Oye, antes de Mahāprabhu, están las deidades--" El Mahāprabhu de nosotros estaba ahí pero tuvo compasión con nosotros y habló con el señor de las deidades. El señor de las deidades le dijo, "No, esas deidades ya están comprometidas para otro cliente. Ya las vamos a entregar". Y Śrīla Govinda Mahārāj hizo su magia y le preguntó a Gaurachandra, "¿Qué te parece si llevamos al Señor Nityānanda y al Señor Chaitanya en vez de Gaurāṅga Mahāprabhu?" Y Gaurachandra, que era nuevo y no sabía nada, dijo, "Sí, buenísimo". Él no sabía nada porque era muy nuevo. Acababa de ser iniciado. A él le pareció muy buena la idea y a Śrīla Govinda Mahārāj le gustó que Gaurachandra estuviera motivado. Entonces, le dijo, "Bueno, paga esas deidades", y hablaron con el señor. Entonces, nos dijo, "En vez del Señor Gaurāṅga, vamos a tener a los dos, al Señor Nityānanda y al Señor Gaurāṅga". Yo le escribí. En ese entonces, no había celulares; solo había email. Entonces, le escribí. Yo le pregunté que cuál era el nombre de las deidades. Él preguntó qué fue lo primero que hizo Śrīla Prabhupād. Entonces, le dijimos que Śrīla Prabhupād, cuando llegó aquí a Venezuela, cantó la canción de Parama Karuṇā. Entonces, dijo que se llamarían Śrī Śrī Parama Karuṇā Nitāi Gaurachandra ki jay.

Śrīla Govinda Mahārāj escogió a las deidades. Śrīla Govinda Mahārāj mandó a sus emisarios para que instalaran a las deidades. Y él mismo les puso el nombre de Parama Karuṇā. Y dijo, "Este templo debe ser un templo para que todos los devotos puedan tomar darśan de las deidades". Un devoto hizo un chiste; Aravinda Lochan, un devoto discípulo de Prabhupād muy entregado a los pies de loto de Śrīla Govinda Mahārāj, dijo, "Purujit, cuando él vio que ustedes que son tan caídos-- Cuando Śrīla Govinda Mahārāj iba a traer a Mahāprabhu, Nityānanda que estaba al lado le dijo, 'No, no, no. Estos son muy caídos. Vamos a ir los dos porque así nadie puede buscar la excusa de, "No me puedo rendir". Los que no se rindan a Mahāprabhu, pueden rendirse a mí y nadie va a tener una excusa'. Eso fue lo que realmente pasó, prabhu". Nosotros aceptamos eso como parte de la anécdota de la instalación de las deidades. Y Śrīla Govinda Mahārāj estaba muy contento.

Cuando nosotros lo invitamos la primera vez en el 2004, él vino y nosotros estábamos con miedo porque pensábamos que no estábamos atendiendo bien a las deidades con mantras o con cosas y procedimientos. Śrīla Govinda Mahārāj vio a las deidades y le hicieron la pregunta de qué debíamos hacer para satisfacer a las deidades. Śrīla Govinda Mahārāj me dijo, "No, lo que están haciendo está bien. Mírenles las caras. Están gorditos y con una sonrisa. No sé qué están haciendo, pero lo que están haciendo está bien". Y nosotros nos sentimos muy contentos de que Śrīla Govinda Mahārāj nos había dado su aprobación del servicio que estábamos haciendo. Se hizo la página de Parama Karuṇā. Śrīla Govinda Mahārāj estaba un poco enfermo. Él estaba en California. Los devotos mayores no lo querían dejar venir porque decían que era muy difícil. Entonces, le mandamos a pedir a Yamuna los requisitos para que Śrīla Govinda Mahārāj viniera. La devota Yamuna, entonces, nos mandó un libro de todas las cosas que tenía Śrīla Govinda Mahārāj, las enfermedades, todas las cosas, muchas cosas. Y me dio eso como un checklist, una lista para que yo hiciera. Tenía que tener un médico general de cabecera. Tenía que tener un médico del corazón, esas cosas que ella consideraba que eran propicias tenerlas porque sabía que la salud de Govinda Mahārāj se podría ver afectada. Entonces, hicimos todo. Y lo último que me dijo fue, "Tienes que tener una bombona de oxígeno. Si no tienes una bombona de oxígeno, tampoco va a ir". Entonces, nosotros compramos una bombona de oxígeno. Cumplimos con todos los requisitos que nos dieron para que él viniera.

Como dos o tres días antes, los devotos mayores que estaban allá dijeron, "No, Śrīla Govinda Mahārāj ya no va a venir". Y nosotros teníamos todo el templo adornado, "¿Cómo que no va a venir Śrīla Govinda Mahārāj? No". Entonces, yo le escribí una carta y él me llamó. También Hari Kīrtan nos ayudó mucho al momento. Después me volvió a llamar Śrīla Govinda Mahārāj. Entonces, nosotros le mandamos una carta donde decíamos, "Bueno, no hay problema. Si él está tan enfermo, está bien. No tiene que venir. Pero, ¿qué va a hacer con los devotos que no pueden ir a la India, que no lo pueden ver y están ilusionados e hicieron todos sus planes para que él viniera para acá?" Entonces, él agarró la carta y a todos los devotos mayores allá en Soquel les dijo, "Mira, ¿qué voy a hacer con estos devotos que no pueden verme, que no me van a ver? Yo puedo ir a verlos". Entonces, los devotos no tuvieron ningún argumento. Sabían que Śrīla Govinda Mahārāj quería venir.

Entonces, vino para Parama Karuṇā. Y trajo muchos devotos con él. Él llegó y teníamos preparado un asiento en el templo, pero Śrīla Govinda Mahārāj nos dijo, "En ese asiento, no me voy a sentar". Entonces, tuvimos que buscar rápido otro asiento y hacer todas las cosas rápido. Y se sentó en otro asiento. Él me dijo que quería cantar. Entonces, cantó esa canción de rādhe jaya jaya mādhava-dayite, la canción de Rādhārāṇī. Por eso yo siempre la canto, porque me recuerda a Śrīla Govinda Mahārāj. La primera vez que él cantó aquí fue esa. Estaba muy contento. Después cantó jaya rādhā mādhava y otras canciones. En ese entonces, aquí él estaba. Y los devotos que vinieron con él-- Vinieron varios devotos y los devotos no podían creer que Śrīla Govinda Mahārāj estaba aquí sentado cantando. Eso no lo podían creer. Y yo decía, "Pero, ¿qué es lo que no creen? Śrīla Govinda Mahārāj siempre ha sido así". Y dijeron, "No, lo que pasa es que en Soquel tenía como 15 días que ni siquiera bajaba al templo, ni siquiera daba clases, porque se sentía enfermo. Y llegó aquí cantando las canciones y todo el mundo estuvo feliz y todo esto". Y salimos un momentico aquí a caminar para hacer algo y yo veo que Kamala estaba llena de lágrimas. Yo dije, "¿Qué le pasó a Kamala?" Es por el afecto.

Yo nunca lo había entendido hasta que me pasó a mí. Yo estuve en un momento con Śrīla Govinda Mahārāj y me puse a llorar y llorar. Y yo decía, "¿Qué me pasa? No, tú eres un hombre", llorando y llorando como un bebé. Y me acordé de eso, que cuando uno veía a Śrīla Govinda Mahārāj, todas las defensas se iban-- Yo me acuerdo que le pregunté a Ranjit, "¿Esto me pasa a mí o es algo natural que les pasa a los devotos? Discúlpame pero me quedé como en shock y me puse a llorar". Y me dijo, "No, todo el que llega aquí y Śrīla Govinda Mahārāj está con él, se pone a llorar. No pueden contener las lágrimas". Y el devoto que tenía muchos hijos, que estaba en Soquel, Śrutaśrava, que después tomó sannyās-- Yo estaba saliendo para allá y él estaba ahí con otro devoto con una barba. Él me dijo, "No puedo creer esto. ¿Cómo Śrīla Govinda Mahārāj llegó y se puso a cantar y está feliz? No baila porque no lo van a dejar". Pero estaba tan feliz y había tanta gente, porque había muchos devotos. Todo el templo estaba repleto de devotos de todas partes.

Devota: Cantó ocho canciones seguidas.

Purujit Prabhu: Imagínate. Y él (Śrutaśrava) no podía creer que en Soquel no podía cantar nada. No recibía ni siquiera a devotos. Entonces, aquí Śrīla Govinda Mahārāj nos dio todo su afecto, todo su cariño, todo su amor, en esa visita. Él estaba muy contento, muy muy contento, de solo vernos. Yo siempre me preguntaba-- Uno siempre se pregunta, "Pero, ¿por qué yo? ¿Por qué yo tuve ese vínculo?" Y Śrīla Govinda Mahārāj me dijo-- Eso lo dijo en clase. Yo lo pensé; nunca se lo pregunté. Yo lo pensé y él lo dijo en clase, que Mahāprabhu da la inspiración al devoto, que no es un deseo de uno. El deseo no sale de uno, es de Mahāprabhu que da la inspiración al corazón del devoto. Y eso me quedó dando vueltas en la cabeza porque, muchas veces-- Hoy lo estaba hablando con Rama Krishna, que muchas veces uno cree que hace algo. Uno cree que tiene fuerza o que tiene poder para hacer algo. Uno dice, "Yo hice esto. Yo mantengo esto. Yo hago esto". Uno siempre cree que es el esfuerzo de uno pero en la realidad no es el esfuerzo de uno; es la misericordia del maestro espiritual; es la misericordia de Krishna.

Śrīla Govinda Mahārāj, aquí en clase, dijo, "Mahāprabhu inspiró a Purujit y Purujit hizo posible que las cosas se dieran". Pero después yo me quedé con esa cosa y, después de muchos años, entendí que uno no hace nada, que uno simplemente es el instrumento. Pero, muchas veces, uno piensa, "No, porque yo soy fuerte y le dije a Māyā que no. Yo fui fuerte y no me caí. Yo fui fuerte y yo tengo el conocimiento porque yo leí en el Bhagavad-gītā--", y todo eso es pura, tontería. En realidad, ni tienes conocimiento, ni tienes fuerza, ni tienes nada, nada, nada. Lo único que te ayuda a servir es la misericordia del maestro espiritual. Entender esa pequeña frase de que es la misericordia del maestro espiritual, que no tienes cualidades, que no tienes nada, es el secreto del avance espiritual, cuando uno entiende que es un instrumento del Señor. Śrīla Govinda Mahārāj siempre estuvo tan pendiente de todos los devotos de Venezuela. Le encantaba que le mandaran fotos de las deidades, de los kīrtan.

Yo recuerdo que estábamos arriba, en el piso de arriba, y yo le dije, "Este es su cuarto, Gurudeva. Este es el baño. Le hicieron esta ventana para que usted viera la montaña". Entonces, él me dijo, "Ah, estoy en mi casa entonces". "Esta es mi casa", le dijo a Janardan Mahārāj, "viste, este es mi cuarto", muy contento y muy feliz. Entonces, vio las estrellas y le dijo a Janardan Mahārāj, "Mira, desde aquí puedo ver las estrellas". Śrīla Govinda Mahārāj siempre nos dio ese afecto particular para los devotos de aquí de Venezuela. Siempre nos trataba como que si fuéramos muy cercanos. Nunca hubo un distanciamiento. Nosotros éramos los que hacíamos la barrera, porque él siempre estaba muy pendiente de todos nosotros y del cuidado de nuestra vida espiritual. Así, se fundó este templo, con mucho esfuerzo, muchos devotos que ahora no están, muchos devotos que vinieron por aquí, que nos dieron su energía y su fuerza para poder tener estos 18 años. Hemos tenido momentos difíciles y hemos tenido momentos dichosos. Al templo, han venido grandes devotos. Vino Śrīla Govinda Mahārāj dos veces. Śrīla Acharya Mahārāj vino dos veces también. Es un lugar sagrado. El templo, independientemente de que estén las deidades o no, es un lugar sagrado porque han estado aquí los āchāryas y se dice que, cuando un āchārya visita un lugar, eso se vuelve un lugar sagrado.

Somos afortunados bajo todo punto de vista de haber tenido la gracia de Śrīla Govinda Mahārāj y Śrīla Acharya Mahārāj. Habrá muchas cosas buenas que tendrá Parama Karuṇā. Ojalá las podamos ver y podamos disfrutarlas. Pero siempre Śrīla Govinda Mahārāj nos dio esa bendición de que este fuera un templo donde se diera la misericordia, donde se pudiera hablar de Krishna. Siempre él nos ponía como ejemplo. Los devotos han venido aquí a entrenarse de-- A los devotos mṛdaṅgueros, los colombianos y otra gente que ha venido, les ha gustado mucho el swing, el tono, la forma como aquí se canta. Esa vez que Śrīla Govinda Mahārāj estaba arriba en el cuarto, estaba un devoto aquí cantando y tocando mṛdaṅga y Śrīla Govinda Mahārāj dijo, "Excelente kīrtan". Incluso, una vez, él me dijo que el kīrtan de los devotos de Caracas era mejor que el kīrtan de la India, que era muy especial el kīrtan de aquí. Había un devoto que se llama Sādhu Priya. Es un muchacho joven. Él siempre decía, "Oye, yo quiero ir a Parama Karuṇā". Todo el mundo quería saber por qué Śrīla Govinda Mahārāj alababa tanto al kirtan de Parama Karuṇā. Siempre nos ha dado su bendición. Siempre nos ha querido, nos ha llevado de la mano. Yo pienso que es una bendición muy especial, muy muy especial, que Śrīla Govinda Mahārāj nos dio todo su afecto. Nos dio carta blanca para que nosotros pudiéramos practicar Conciencia de Krishna.

Yo recuerdo los primeros días; estaba un devoto que era el pūjārī, y otros devotos más. Comíamos arroz, chapati y dāl. Era lo que comíamos: arroz, chapati y dāl. En Parama Karuṇā, cuando un devoto se va, siempre Krishna manda a otro, en cualquier circunstancia. Manda a otro. Siempre las deidades tienen un estándar mínimo en la cantidad de devotos, el prasādam, en todas las situaciones.

Siempre hemos tenido el apoyo de muchos devotos, mucho esfuerzo de muchos devotos para que el templo esté como está siempre. Yo recuerdo cuando hicimos las cúpulas. Siempre queríamos hacer cúpulas porque queríamos que el templo se pareciera al templo de Nabadwīp. Los que han ido a Nabadwīp o los que han visto las fotos, ven que tienen muchas mṛdaṅgas. Son cúpulas pero son como mṛdaṅgas. Entonces, yo le decía a un muchacho que hizo estos arcos que están ahí, "¿Por qué no haces las mṛdaṅgas y las colocamos ahí? Ponemos mṛdaṅgas en todas partes". Se hicieron los arreglos y, de la noche a la mañana, Krishna hizo los arreglos. Trajo a un devoto colombiano (Alwarnāth Prabhu). El devoto colombiano sabía hacer cúpulas. Hizo las cúpulas en forma de mṛdaṅgas. Y de la noche a la mañana, las ocho cúpulas estaban ahí y quedamos así como-- Parama Karuṇā siempre ha hecho posible que todo se manifieste de una forma sencilla, de una forma maravillosa. El devoto vino e hizo las cúpulas. Algunas veces, vengo y digo, "¿Cómo hicimos esas cúpulas y nadie dijo nada?" Yo pensé, "Si ponemos las cúpulas, viene la alcaldía, viene el otro". Parama Karuṇā les puso una ilusión óptica y se ven muy bonitas las cúpulas. Parama Karuṇā tiene sus mṛdaṅgas arriba. Se ve todo muy bonito.

Así que, todo ha sido muy especial, yo le mandé una carta a Śrīla Govinda Mahārāj y le dije que queríamos inaugurar el templo, que teníamos dos fechas, Nṛsiṁhadeva y el día de hoy, el día del baño del Señor Jagannāth. Entonces, él me escribió o me llamó-- No me acuerdo. Él me dijo, "Bueno, de las dos fechas, ¿en cuál lo quieres hacer tú?" Yo recuerdo que el piso del templo no estaba terminado y el festival del Señor Nṛsiṁhadeva era como una semana después. No teníamos el piso terminado y no teníamos muchas cosas que faltaban. Entonces, yo le dije, "Bueno, mejor lo dejamos para el día del baño de la deidad del Señor Jagannāth". Él me dijo, "Oye, buenísima fecha". Hicimos todos los arreglos. Nosotros queríamos colocar ese piso porque, cuando vino Śrīla Prabhupād en el 1975, el piso de donde estaba Śrīla Prabhupād era muy parecido a este. Era de madera, pulidito, así. Queríamos tener esa sensación. Śrīla Govinda Mahārāj estuvo de acuerdo con el día. Entonces, hicimos los arreglos. Vinieron tres sannyāsīs y se hizo toda la aparición de todas las cosas que ustedes ven ahorita en este momento. Fue un día muy especial, muy increíble.

Y el día de la instalación de las deidades, yo recuerdo que Kusum Ashram Mahārāj nos hizo un comentario bien bueno, porque todo el mundo estaba contento, gritando. Muy bonitas todas las deidades, todos los arreglos, la ceremonia. Y nos tocaba bajar las deidades. Paramahaṁsa Mahārāj bajó al Señor Chaitanya y creo que Antarjami bajó a Nityānanda y otro bajó a Giri Govardhan. No me acuerdo quién fue. [abren el altar de Gurudev] ¡Bhakti Sundar Govinda Dev-Goswāmī Mahārāj ki jay! Entonces, las deidades estaban en el piso de arriba y las bajamos. Yo no sé por qué, cuando tuvimos la ceremonia de fuego, nosotros habíamos hecho estas ventanas con doble vidrio para que no se escucharan los kirtan hacia afuera y las habíamos sellado para que ningún devoto la abriera, el kirtan saliera y los vecinos se pusieran en contra de nosotros. Saben cómo son los kirtan con esos kartalas grandes. Todo estaba selladísimo. Entonces, yo no sé qué fue lo que pasó en la ceremonia de fuego que de repente empezó a salir humo y humo y humo. Se llenó todo de humo.

Entonces, Kusum Ashram Mahārāj dijo, "Mira, Krishna los vio que estaban muy felices y dijo, 'No, yo quiero que lloren de alegría', entonces puso todo el humo". Todo el mundo estaba llorando pero de felicidad, "Oye, Krishna, descendiste", porque justo pasó cuando las deidades bajaron del piso de arriba e íbamos a montarlas en el altar. Entonces, Kusum Ashram Mahārāj dijo que Krishna quería vernos llorar. Entonces, yo había sellado eso, súper sellado. Y a Phālgunī, el padre de Kāliyanāth, yo le dije, "Bueno, tú lo cerraste. Entonces, tú lo tienes que abrir", porque nos estábamos ahogando. Entonces, quito la pega y salió todo el humo. Nos íbamos a morir aquí adentro con tanto humo. Una vez que abrimos las ventanas, salió todo el humo y todo quedó perfecto. Cerramos las ventanas y se instalaron las deidades.

Entonces, se bañó a Mahāprabhu y se bañó al Señor Nityānanda con un espejo, con la figura de ellos y un espejo. Y después, se nos había olvidado bañar a Giri Govardhan. Entonces, Paramahaṁsa Mahārāj dijo, "Mira, él quiere que lo bañen, que no los hemos bañado. Ellos no tienen que bañarse con espejo. Se pueden bañar directamente". Entonces, sacamos a Giri Govardhan y los bañamos a los dos, a las dos deidades. Como teníamos poco tiempo-- Nosotros nos mudamos para acá en septiembre cuando el sol estaba en virgo y yo quería que todo se hiciera con el sol en virgo porque el sol en virgo hace que uno siempre tenga respeto a la autoridad. Cuando el sol entra a libra, uno puede irrespetar a la autoridad. Y yo decía, "No, el sol tiene que estar en virgo porque yo siempre quiero seguir la orden del Guru". Hicimos todos los arreglos para que se hiciera toda la transacción con el sol en virgo. Entonces, teníamos septiembre, octubre, noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio. Teníamos poco tiempo y los vecinos todavía estaban muy a la defensiva. Entonces, Paramahaṁsa Mahārāj venía de la India y decía, "¿Qué vecinos de nada? Somos Hare Krishna, Haribol". Dijo, "Hay que poner en la puerta un árbol de banana, de cambur o de plátano. Yo decía, "No, no, no. No pongan ese árbol de plátano porque la gente va a pensar cosas".

Devota: ¿Y la swastika y los cocos?

Purujit Prabhu: Sí, con la swastika. No, era un rollo. Pero a mí me preocupaba mucho porque yo quería que se instalaran las deidades pero que el mundo externo no supiera y eso era imposible. Habían sopotocientos mil carros, devotos, Hare Krishna, Haribol. Saben cómo son los Hare Krishnas. Se paran en los estacionamientos. Entonces, yo estaba muy preocupado y, cuando se pusieron las hojas de mango, yo decía, "No, esto es lo último". Estaba preocupado por los vecinos. Y yo recuerdo que el vecino decía, "Sí, hasta pusieron una mata ahí afuera. Estaban inaugurando el templo". Pero, bueno, la cosa pasó y ese día fue muy muy especial. Pusimos las matas de cambures afuera. Hicimos todo lo que teníamos que hacer y todo salió perfectamente. La instalación de las deidades fue todo muy auspicioso. Vinieron tres sannyāsīs: Kusum Ashram Mahārāj, Janardan Mahārāj y Paramahaṁsa Mahārāj. Ellos mismos se encargaron de instalar a las deidades con instrucciones de Śrīla Govinda Mahārāj. Se instalaron a las deidades en este día tan auspicioso, que es el día del baño del Señor Jagannāth. Śrīla Govinda Mahārāj estuvo sumamente contento, sumamente feliz.

Empezamos hace 18 años. Se dice rápido, pero son 18 años. Hemos estado aquí tratando de servir a los devotos con algunos aciertos y algunos desaciertos, pero tratando de servir a todos de la mejor manera posible. Estamos muy contentos de que estén aquí hoy. Mucha gente. Estamos muy contentos porque hoy podemos decir, "Oye, pasaron 18 años desde que comenzamos a servir". Parece fácil pero no, han sido grandes años y felices años. ¡Las deidades de Parama Karuṇā Nitāi Gaurachandra ki jay! Las deidades son mayores de edad. Tienen 18 años dando su misericordia aquí en Caracas, bendiciendo al país, bendiciendo a todos los devotos. ¡Sri Parama Karuṇā Nitāi Gaurachandra ki jay! ¡Parama Karuṇā Nitāi Gaurachandra ki jay! ¡Parama Karuṇā Nitāi Gaurachandra ki jay! ¡Gaura Premānande Haribol! ¿Alguna pregunta? Bueno, están invitados para celebrar el 19no aniversario el año que viene. Espero que no tengamos pandemia y que lo podamos celebrar en paz, con mucha salud.

Devoto: Prabhu, ¿cómo dice usted que a las deidades las bañan con un espejo?

Purujit Prabhu: Porque son de madera. No las puedes bañar directamente porque dañas la pintura. Hoy se baña al Señor Jagannāth y, cuando se baña al Señor Jagannāth, se le cae la pintura. Entonces, el Señor Jagannāth no quiere que lo vean así. Durante 15 días, los pintores acomodan de nuevo a la deidad y, entonces, ellos aparecen. A ellos no les gusta aparecer en una forma que la gente no pueda entender. Entonces, cuando vinieron aquí, como son deidades de madera, no se le puede echar agua al Señor porque se dañan.

Se usa un espejo y la imagen. Pero las otras deidades que están abajo, que son Giri Govardhan, sí se bañaron porque son piedras; entonces, se pueden bañar directamente y no les pasa absolutamente nada. Es muy auspicioso. Yo recuerdo que hicimos un espacio donde se iban a poner los brāhmaṇas y todas las cosas, que no podían pasar todos los devotos. Era donde estaba el baño, donde están esas devotas. Ahí se hizo el baño de las deidades. La ceremonia de fuego debía haberse hecho abajo pero Paramahaṁsa Mahārāj dijo, "No", y se hizo ahí. Por eso fue que nos asfixiamos, pero, bueno, son planes del Señor.

Todos esos son pasatiempos del Señor, de cómo se manifiesta. Yo recuerdo que cantaron mantras porque, cuando tú haces un templo en una casa que ya está hecha, se sobrentiende que, antes de hacer el templo, tú tienes que hacer un hueco y colocar una deidad ahí, invocar a Ananta Śeṣa para que sostenga el templo. Como esto es un templo que ya estaba hecho, no se puede hacer un hueco y meter a la deidad. Entonces, con mantras, se invocó a Ananta Śeṣa para que descendiera y levantara el templo de Parama Karuṇā. Aquí este templo está mantenido por Ananta Śeṣa. Luego de que se hizo todos esos mantras, que los cantaron los sannyāsīs, entonces vino la instalación. Y se invocó para que el Señor Chaitanya y el Señor Nityānanda descendieran. Estas deidades se invocaron para que descendieran aquí. Con la bendición de Gurudev, todo fue posible. ¡Bhakti Nirmal Acharya Mahārāj ki jay! ¡Bhakti Sundar Govinda Dev-Goswāmī Mahārāj ki jay! ¡Parama Karuṇā Nitāi Gaurachandra ki jay! ¡Los devotos de Venezuela ki jay! ¡Gaura Premānande Haribol!